Píldora 13: saber perdonarse
Perdonar es uno de los actos más sinceros del
ser humano. Y perdonarse uno a sí mismo es sinónimo de felicidad. La pena, que
el perdón está más asociado en nuestra cultura a la indignidad que a la
dignidad. Si conseguimos recuperar su verdadera esencia, perdonar y perdonarse
a uno mismo harán que esta sociedad y nosotros mismos seamos más felices.
Perdonar y perdonarse a un mismo es una de las mejores terapias que podemos hacer para ser completamente felices. Pero, antes de empezar, ¿te has perdido nuestras primeras píldoras de la felicidad anteriores? Antes de empezar a leer puedes tomarlas a tu ritmo:
Hace poco leí un artículo en el que se hablaba del concepto de perdón en Japón. El Presidente de Toshiba, Hisao Tanaka, reconocía públicamente que la compañía había inflado los resultados positivos y pedía perdón a los accionistas con un gesto de inclinación de cabeza llamado saikeirei. En concreto, la tradición japonesa conoce varias formas de pedir perdón en función del daño producido: esahku, ligera inclinación de 25 grados que significa "perdón, fue error mío"; el keirei, un poco más pronunciada y sostenida y que viene a decir "si, la he fastidiado, no volverá a pasar"; y el ya citado saikeirei, una inclinacón de 90º que se utiliza para pedir perdón por una falta grave.
La cultura del perdón en Japón está asociada
a la culpa al igual que ocurre en Occidente, pero en nuestra cultura ―sobre todo
en determinados ámbitos― pedir perdón no parece un signo de honorabilidad, sino
más bien de debilidad. En el anterior post hablamos de la culpa, entendiéndola
como error y como responsabilidad. Ahora hablaremos del perdón como una de las
herramientas más potentes de bienestar personal.
La coherencia del que solicita el perdón ante
un error cometido es innegable. Cada uno es libre de ignorar el daño que
produce o reconocerlo. Pero no es esta dimensión del perdón la que me interesa destacar
aquí. Prefiero hablar de Aprender a
Perdonarse uno mismo.
Las personas que eligen incidir
constantemente en la autoculpa por los errores que comenten se producen un daño
moral incalculable. En el otro lado está el que es flexible y comprensivo
consigo mismo, reconoce que puede equivocarse y acepta los pensamientos y
sentimientos dolorosos. Estas personas entienden las situaciones difíciles como
parte de la vida. Perdonarse a uno mismo es aceptarse y es un componente del
bienestar tan potente como la autoestima.
Sólo cuando uno
sabe perdonarse a sí mismo está en condiciones de perdonar a los demás y, créeme, esto es extremadamente difícil. En numerosas ocasiones
hemos perdonado a quien nos lo solicitaba con la palabra, pero estábamos lejos
de sentirlo internamente de una manera sincera. Nuestros juicios acerca de la
culpa de los demás nos impiden perdonarlos con sinceridad. Sólo cuando somos
flexibles y comprensivos para ejercer el perdón sobre nuestros actos podemos
serlo con las otras personas y sentir, además de expresar, un perdón auténtico.
Por tanto, aprende a perdonarte para
liberarte de la culpa y serás capaz de perdonar a los demás de manera
auténtica.
Puedes solicitarnos más información en el correo info@emotionhr.com.
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