Cómo influye el síndrome del parado en el resultado de la entrevista
¿Qué es ‘El síndrome del parado’? ¿Quiénes lo
padecen? ¿Por qué lo padecen? Si te encuentras en esta tesitura, te recomiendo
que leas las siguientes líneas. Porque la próxima entrevista de trabajo está a
la vuelta de la esquina. Y esa será la tuya.
Existe mucha literatura sobre lo que se
conoce como el “síndrome del parado”, pero no demasiada sobre la influencia que
tiene en una entrevista de trabajo.
Voy a daros mi particular visión del síndrome
para que después podamos entender qué visión le ofrecemos al entrevistador y,
por tanto, cómo influye en la entrevista y en las posibilidades de conseguir un
empleo.
La respuesta a lo que os estáis planteando es
un rotundo sí: estar parado genera el síndrome, y el síndrome aumenta las
posibilidades de no tener éxito en las entrevistas de trabajo. Es cíclico.
Dicho de otra manera: “la pescadilla que se muerde la cola”
¿Qué es el
síndrome del parado?
Según Seligman, la causa de la depresión es
lo que él llama la indefensión aprendida.
Es decir, la gente se deprime no sólo
porque algo en su vida no funciona, sino especialmente porque no encuentra la
manera de solucionarlo. No es tanto que exista un problema, sino sentirse
indefenso para buscarle una solución. Esta indefensión es la que crea la
depresión.
Algo así le ocurre a una persona en paro.
Conseguir empleo depende en cierta forma del parado. Si no se es activo en la
búsqueda, si no se fija la atención en las oportunidades, si no movilizamos
nuestros contactos, en definitiva si no buscamos, es difícil que encontremos.
Pero buscar activamente empleo no es siempre sinónimo de encontrarlo. Y esto es
así porque intervienen otros muchos factores que no dependen de la voluntad del
desempleado, que escapan a su control. En ocasiones, estos factores resultan
decisivos en el resultado negativo y se produce el aprendizaje de la
indefensión frente al problema; es decir, aprendemos que “somos incapaces de
obtener un empleo”, con el consecuente mazazo a nuestra autoestima. Los
desempleados, especialmente cuando son de larga duración, están deprimidos.
Y este podría ser el resumen.
Intentad recordar a alguien que conozcáis que
está deprimido. Normalmente es una persona triste, que repite su problema
varias veces, que nos transmite la sensación de que no es capaz de salir y que
nos transmite vibraciones francamente negativas.
Cómo influye el
síndrome en una entrevista
Más o menos esa es la sensación que siente el
entrevistador cuando entrevista a una persona con el síndrome del parado.
Delante de él observa a una persona triste,
muy triste. Probablemente ha venido perfectamente vestida y se comporta con
absoluta corrección, pero no puede evitar transmitir una baja autoestima e
incluso la convicción de que no será seleccionado. Eso puede percibirse, ¡¡Os
lo aseguro!!
En otras ocasiones hemos expresado la idea de
que la persona que entrevista es ante todo como todas las demás, que recibe todas esas
sensaciones que transmitimos y que, además, está especialmente entrenada para
notarlas, porque necesita evaluar utilizando la máxima información que pueda
obtener del candidato.
Cuando está ante una persona triste, con un
bajo autoconcepto, que anticipa resultados negativos y que se siente derrotado,
el entrevistador va a percibir todo esto, y probablemente vamos a ser nosotros
mismos los que le proporcionemos los argumentos para que no nos seleccione. En
mi experiencia personal he llegado a entrevistar a personas que estaban tan
convencidas de que no iban a ser elegidas, que echaban mano del victimismo para
conseguir el empleo.
Es muy sencillo: si nos sentimos orgullosos
de nuestro CV, de lo que hemos hecho en la vida, si estamos convencidos de
nuestra valía, lo vamos a transmitir. No te preocupes si lo expresamos a través
del comportamiento verbal o el no verbal; el caso es que el entrevistador lo va
“notar”. Si por el contrario llevamos varios meses buscando empleo y no lo
conseguimos y hemos ido creando la idea de que somos incapaces, tenemos algún
problema que no identificamos, o simplemente no les gustamos a los
entrevistadores, lo vamos a transmitir. ¿Vosotros seleccionaríais a alguien
así?
Moraleja:
no te vengas abajo nunca. Concéntrate en lo buena persona que eres, en tus
méritos, en tus capacidades y transmite ilusión y alegría. Ese es tu trabajo,
transmitir confianza e ilusión. Todo lo demás llega solo. Cada entrevista es
una oportunidad, no lo olvides nunca.
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