¿Quieres? Puedes. Pautas de motivación para una entrevista de trabajo
¿No dicen que querer es poder? Pues
tú puedes. Lo que quieras, cuándo y como quieras. Todo tenemos una fortaleza en
nuestro interior. ¿Cuándo hay que sacarla a relucir? Cuando la ocasión lo
requiera. En una entrevista de trabajo, por ejemplo. ¿Quieres unas pautas? Te
las damos.
Una entrevista de trabajo. El
momento que esperabas. ¿Qué te han dicho decenas de veces? Que seas tú mismo,
que mires al entrevistador a los ojos, que seas sincero, que no mientas en el
currículum, bla, bla, bla… ¿Crees que
todo se reduce a mera palabrería? Si eso es lo que crees…
Esos aspectos, esos detalles, son
los que demuestran al entrevistador que está ante una persona que no desea el
puesto, sino que el puesto es suyo. Piénsalo, hace decenas de entrevista al
mes, conoce los trucos, detecta imprecisiones, dudas, el nerviosismo… ¿Qué
quieres ser, uno más, o el que realmente será el propietario del puesto que
está ofertando su empresa? Por eso tienes que ser tú mismo por encima de todas
las cosas. ¿Mirar a los ojos? Sí, pero sin desafiar ni sostener la mirada, que
esto no es un duelo al sol ni Ok Corral. Se trata de trasmitir con la mirada,
de hacer ver al entrevistador que no tienes nada que esconder, que no le
rehúyes, que posees el carácter necesario para el puesto al que optas. Y eso él
lo nota rápido. Ese es un detalle que muestra tu carácter, uno que demuestra
que de verdad eres tú.
Igual que ocurre con la
sinceridad. Otra muestra más de que eres tú, que eres así ante cualquier
circunstancia, que no finges. ¡Cuántos candidatos han durado menos de un
santiamén en un puesto cuando, a las primeras de cambio! Sinceridad. Eso lo
detecta rápido el entrevistador. No se trata de que le lleves a tu terreno sino
de que vayas por el suyo a la par, haciéndole ver que camináis por la misma
orilla, que os vais a entender a la perfección si acabáis trabajando juntos. Y
esa sinceridad también es aplicable al currículum. ¿Por qué inventar lo que no
eres o no tienes si te van a coger en un renuncio a la primera ocasión en la
misma entrevista? Y aunque seas muy hábil y logres sortear al entrevistador, en
cuanto llegue la prueba de fuego del trabajo, de inmediato se revelará la
verdad. Tu reputación, tu integridad, otras entrevistas. Demasiado en juego como
para tirar esa carta a la mesa tan a la ligera, ¿verdad? Sinceridad, sé tú
mismo.
¿Y la entrevista? También tiene
sus trucos, como todo en la vida. Pero eso, si te parece, lo dejamos para una
mejor ocasión…
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