¿Qué han aprendido las empresas de la crisis? EMPRESAS CON SABIDURÍA
De la misma manera que las crisis
personales nos obligan a replantearnos nuestra vida, a salir de la zona de
confort y a buscar soluciones creativas a lo que va mal, las crisis económicas
obligan a la sociedad a replantearse sus valores y, en los dos casos, la
consecuencia suele ser una evolución en el desarrollo personal o, en el segundo
caso, evolución de la sociedad en general. Las empresas son pequeñas representaciones
de la sociedad y por tanto, sufren evoluciones similares.
Existe, por tanto, un paralelismo
entre lo individual y las empresas. Las crisis impulsan a la salida de la zona
de confort y a enfrentarse a una evolución. A nivel personal buscamos esa
solución que nos ayude a avanzar, y a nivel de empresa sus miembros recurren a
la innovación, a fórmulas creativas para continuar dando salida a sus productos
y servicios en un mercado con poca demanda.
El momento “depresión” que se
sufre en momentos de crisis es la oportunidad para realizar introspección, para
hacer balance. Esa mirada interior es un verdadero regalo para avanzar, como
personas o como empresas, y constituye puntos de inflexión que significan el
comienzo de algo nuevo.
Llegados a este punto, y teniendo
en cuenta que parece que salimos por fin de esta larga y tenebrosa crisis,
debemos pararnos a reflexionar sobre qué hemos aprendido, qué ha resultado del
balance interior que hemos realizado y qué acciones hemos puesto en marcha para
evitar que se reproduzca.
Hago extensiva esa pregunta a
quien quiera reflexionar a nivel personal: ¿qué hemos ganado a causa de la
crisis?
Siento ser pesimista en este
aspecto. Las empresas españolas han salido fuera de nuestras fronteras como
nunca antes lo habían hecho; nuestros productos se exportan más que antes; construimos
y realizamos obra civil en todo el mundo. Eso es cierto. Pero la causa que
originó esta profunda crisis: saqueos de empresas por parte de sus
administradores, irresponsabilidad sin límites, acciones ilegales con el único
objetivo de mejorar la cotización de las acciones, préstamos bancarios a la
carta con tal de que las cuentas salieran, el desenfreno y la sobreactuación
con la excusa de aprovechar el momento de crecimiento, mentiras de empresas e
incluso de Estados sobre sus cuentas para mantener una credibilidad sin base.
Eso no ha desaparecido. Esta manera de encarar la gestión de las cosas está
latente, esperando que cambien las tornas económicas para volver a las andadas.
¡No hemos aprendido lo más
importante!
Pero quizá estemos aún a tiempo…
Confío en que así sea.
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